Just another WordPress.com weblog

Anatomía de un asesinato

Publicado en Puerta Cero 30 de junio de 2012

Allí estaba, 90 años de historia postrados en la mesa de autopsias. Hay que reconocer, con todo, que era la primera vez en años, que se le veía sereno, como si todo el sufrimiento por el que había atravesado, no hubiera existido nunca. Me extrañaba verlo así.

El informe de la policía era claro: varios autores

Me acerqué a comprobar las heridas. La policía tenía razón, en mayor o menor medida todos contribuimos en esta muerte.

Allí estaba la puñalada que lo mató. La del poder, la del orgullo. La del “a ver quien mea más lejos”. La que le asestaron aquellos que lo secuestraron y torturaron, hasta que se quedaron sin rehén por el que pedir un rescate. La que le asestaron aquellos que le utilizaron para hacerse más ricos, a costa de empobrecerlo. La que le asestaron los que comerciaron de forma negligente con los sentimientos de toda una ciudad. Muchos dirán que el fútbol no es más que un negocio, y en parte tendrán razón, pero en el fútbol, a diferencia de otros, hay sentimientos e ilusiones en juego, la que le asestaron los que hicieron de ellos, su cortijo.

Cerca del corazón había otra herida, no mortal, pero quizás dolió más que la anterior, porque me hizo darme cuenta de que yo, como muchos, en cierta forma, también era culpable. Su autoría no tenía dudas. Era la que le asestaron los que no entendieron los proyectos austeros. La que le asestaron aquellos del “no me abono hasta que suba”, o los de “este año rompo el abono”. Los que no salieron en su defensa cuando pudieron hacerlo. Los que callaron cuando tendrían que haber hablado, o los que hablaron cuando tendrían que haber callado. La que le asestaron aquellos del “yo soy más herculano que tú”, en lugar de sumar esfuerzos.

La conclusión es clara: ¿Quién mató al Hércules Cf?..Fuenteovejuna, señor.

Una luz se cuela por una rendija de mi persiana y me despierta, una lágrima está recorriendo mi mejilla. La sala de autopsias, se vuelve de pronto familiar, hay un escritorio y una mesilla de noche. Es mi habitación,  y me doy cuenta de que todo era una pesadilla, de que todavía hay esperanza…aun así parecía tan real. Macho Hércules

Deja un comentario